CHILE PRESENTA UNA PREVALENCIA DE MÁS DEL 11% EN CUADROS DE DÉFICIT DE ATENCIÓN
El diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad tiene lugar, principalmente, en la etapa escolar, lo que favorece su control y tratamiento. Por ello, es importante que los padres estén atentos a ciertos patrones conductuales, que de persistir en el tiempo, podrían ser indicadores de esta condición. Algunos de estos comportamientos, que destacan por sobre el comportamiento común y variable de los niños, incluyen el mostrarse enojado o desafiante de manera frecuente ante los adultos, o responder de manera agresiva, además de molestar a otros deliberadamente y culpar a otras personas por sus propios errores.
El pasado mes de julio se conmemoró el Día Internacional de Déficit Atencional, a fin de generar conciencia respecto a este trastorno que afecta a uno de cada 10 niños a nivel mundial y cuyo tratamiento es decisivo en su progresión. El neurólogo de Clínica Tarapacá, Dr. Juan Cortés, afirmó que se trata de un déficit que afecta a más de un 11% de los niños y adolescentes en Chile y que consiste en la “dificultad que tienen ciertos pacientes para atender indicaciones u órdenes, de aprender, de concentrarse y de utilizar la información enseñada de manera eficiente”.
Además, el especialista señaló que en algunos casos los consultantes pueden presentar “una conducta de difícil manejo” e indicó que en el caso de los niños, es natural presenciar actitudes más inquietas, por lo que no siempre se trata de un trastorno.
El neurólogo afirmó que su diagnóstico se realiza principalmente en niños y adolescentes, etapa donde se requiere una mayor atención para lograr el desempeño óptimo de las actividades académicas y agregó que es usual “que en el colegio los profesores noten que al paciente le cuesta aprender, o que no va a la par de sus compañeros. Se distrae fácilmente y le cuesta seguir las instrucciones”.
Por otra parte, en el caso de la adultez, el déficit atencional se encuentra estrechamente ligado a situaciones del medio, como lo son el estrés, la mala higiene del sueño y los problemas de ánimo. Respecto a ello, el Dr. Cortés destacó la importancia de tratar y controlar este trastorno de manera temprana, con el objetivo de obtener mejores resultados óptimos, pues “un tratamiento adecuado de a tiempo permitirá un mejor desarrollo de la persona en la adultez”.
TRATAMIENTO DEL DÉFICIT ATENCIONAL
Según el neurólogo de Clínica Tarapacá, Dr. Juan Cortes, “el manejo de estos consultantes no solo se sustenta en la toma de medicamentos, sino de un manejo multidisciplinario, con apoyo de psicólogos, fonoaudiólogos y psicopedagogos, además de la contribución tanto del colegio como de la familia”.
En esta línea, el neurólogo recomienda mantener hábitos favorezcan el óptimo rendimiento del paciente y disminuyan las dificultades y barreras que enfrentan al estudiar o trabajar, entre los que menciona:
- El cuidado de la higiene del sueño, por medio de un control de la hora para dormir y levantarse en horarios determinados de manera regular.
- Resguardo de la higiene de trabajo, contando con un espacio adecuado para realizar las labores.
- En caso de las personas que asisten a clases, siempre sentarse cerca de los docentes para evitar estímulos.
- Evitar distracciones al momento del estudio o trabajo, como lo son la televisión, el celular, etc.
- Anotar regularmente los quehaceres para mantener la organización.
- Hacer ejercicio de manera frecuente
En tiempos de pandemia, el Dr. Cortés señaló que el generar una rutina, tratando de mantener los horarios de costumbre, cobra una especial importancia, por lo que sugiere levantarse, ducharse y desayunar de forma saludable para partir bien el día y mantener un espacio dentro del hogar que esté destinado netamente para actividades académicas o laborales.
Finalmente, el profesional de Clínica Tarapacá recalcó que muchas veces el padecimiento de déficit atencional “puede repercutir en la salud mental, debido a situaciones de frustración, ansiedad o depresión” y que por ello, se debe realizar un monitoreo constante frente a signos de falta de concentración, para favorecer su adecuado diagnóstico y tratamiento.