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CONAF reforesta y recupera zona del bosque nativo de queñoas que se quemó el 2020

La más grande forestación efectuada a la fecha realizó CONAF esta semana en el bosque nativo de queñoas del Parque Nacional Lauca, sector Alto Belén, recuperando así una zona afectada por el incendio forestal del 2020. 

El sector había sido afectado por el fuego en 3,3 hectáreas y ahora la meta de plantación alcanzó a 1.200 árboles, lo que amplió el enriquecimiento ecológico del lugar en cinco hectáreas más, totalizando a la fecha un total de 19 hectáreas plantadas los últimos años en este bosque de la especie de Polylepis rugulosa, clasificada en peligro.

El enorme esfuerzo de plantación tuvo la participación de los diversos departamentos de la CONAF, contando así con profesionales de Bosques y Cambio Climático, Áreas Silvestres Protegidas, Administración y Finanzas, así como la Unidad de Prevención de Incendios Forestales, Uprif.

Héctor Peñaranda, director regional de CONAF, recalcó el compromiso de las y los funcionarios a nivel transversal del equipo de CONAF, así como el de los trabajadores del proyecto  del convenio con CONADI.  “Con estas cuadrillas de trabajo aumentamos el equipo en terreno y junto con eso logramos proveer de empleos verdes a personas de la zona, que se ubica además dentro de la Reserva de Biosfera Lauca”, señaló.

Por su parte, Gustavo Morales, jefe de Bosques y Cambio Climático, recordó que “el incendio del 2020 afectó un polígono de 3,3 hectáreas, pero quisimos superar esa superficie y nos fijamos esta nueva meta de cinco hectáreas, lo que implicó realizar previamente los hoyos de plantación a esta altura de 3.500 a 3.600 metros de altitud”.

Por la comunidad aymara local estuvo también Eddie Zegarra, secretario de la Junta Vecinal y concejal de la comuna de Putre quien observó: “Vi funcionarios muy comprometidos y nosotros como pueblerinos y originarios estamos sumamente agradecidos por esta labor.  El bosque es muy significativo para nosotros y hemos convivido con él por siglos y siglos”. 

También desde Belén acudió la vecina Erica Véliz, quien se comprometió a velar para que su ganado no ramoneé o se alimente de los arboles recién establecidos y aprecia que el trabajo se haga con amor y cariño.  Pide sí retornar el agua usada al río, porque aún no llegan las lluvias y eso le preocupa. Aunque desde CONAF indican que el bosque cumple precisamente el rol de regular la provisión hídrica una vez que las lluvias se hagan presente.

Atractivo turístico

El concejal Eddie Zegarra indicó asimismo señaló que “ojalá más adelante podamos habilitar un paso para trekking y hacer de algún sector del bosque un atractivo turístico, para que la gente lo conozca, ya que  ahora tenemos una doble responsabilidad por la declaratoria de ampliación de la Reserva de Biosfera Lauca, que incluye toda nuestra comuna”.

El dirigente comentó también lo importante de haber iniciado la forestación con una pawa -la tradicional rogativa aymara, que en esta ocasión ofició Ceferino Biza. “Soy muy respetuoso de la Pachamama, el sol y el agua y haber comenzado esta forestación con una pawa es muy significativo”. Sobre la importancia de recuperar este bosque nativo y la situación del cambio climático comentó “por cada árbol que se pierde, deberían plantarse diez”.

CONAF produce en su vivero forestal de Putre las dos queñoas presentes en Chile. El año 2021 la meta anual de producción fue de 2.300 ejemplares con la especie precordillerana y con la queñoa de altura se han obtenido cerca de 200 ejemplares.  El stock se logra tras campañas de colecta de semillas y a futuro se esperan también logros mediante los nuevos ensayos que buscan una reproducción también por esquejes.   

Se calcula que en el incendio forestal del 2020 hubo una pérdida de 365 queñoas y esta semana la cifra recuperada casi se triplicó al llegar a las 1.200 queñoas reforestadas.

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