Los casos de 2 mujeres que la construcción les dio una segunda oportunidad en la vida
“Cómo no estar feliz. Cuando llegué acá no sabía hacer nada, pero me tendieron la mano; estuve de nochera, a cargo de bodega, me enseñaron a pegar ladrillos y cortar palos. Todo lo que sé lo debo a ellos, compañeros y jefes. En la construcción la gente es muy noble”, confesó Alicia Saavedra, trabajadora de la Constructora GEP, empresa socia de la CChC Arica.
Saavedra partió desde abajo, luego de su divorcio, pero hoy, después de varios años está feliz junto a Lady y Danyi, sus 2 cachorros, con la certeza que es parte de una gran familia que es la obra, que la revitaliza y donde se plantea grandes desafíos.
“En la tarde, cuando me retiro, sé que me la puedo más que un cabro de 18… ahora estoy estudiando interpretación de planos, gracias a un curso de la Cámara Chilena de la Construcción. Jamás en mi vida pensé estar acá, me gusta aprender, pero yo no voy a parar acá”, advierte con orgullo.
En la constructora Lemat, otra empresa ariqueña y también socia de CChC, está Hariza Vilca (madre del pequeño Ángel Jesús, de 6 años) quien se desempeña como maestra pintora, destacando que le dieron la oportunidad de seguir creciendo, ya que entró a la empresa en el área de aseo, pero un jefe le ofreció la posibilidad de seguir creciendo laboralmente.
“En la misma construcción me dieron la facilidad de crecer un poco más; entré a otra área, porque mi jefe me preguntó si quería aprender. Es un trabajo duro, pero me encanta, se debe tener paciencia y dedicación, a veces, la gente no la tiene”, describiendo su feliz presente.
ABRIR ESPACIOS
Si bien hace algunos años era difícil encontrar mujeres al interior de la obra y cuando ingresaban era para labores de aseo, hoy esa realidad ha ido modificándose lenta, pero sostenidamente desarrollándose en labores más propias y diversas del sector.
En el informe del Observatorio Laboral que integran la Otic de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Sence y Universidad Arturo Prat (UNAP), arrojó que el 10% de quienes se desempeñan en este sector corresponde a mujeres; cifra que va en alza, ya que en el año 2013 únicamente 208 cupos era para féminas, en tanto, el 2020 ese número se encumbró a 428 trabajadoras. Más del doble.
El presidente de CChC Arica, Luis Herrera, expresó que: “la mujer llegó para aportar y responder a un espacio de trabajo que era altamente necesario en nuestro gremio, lo que ha permitido a la construcción alcanzar metas mayores y evolucionar hacia el futuro”.
Trazadoras, bodegueras, pintoras, albañiles o enfierradoras; hoy las mujeres de la construcción se están ganando el espacio a punta de esfuerzo, trabajo y capacidad.