El geógrafo que cambió todo por el turismo ancestral
Para el emprendedor turístico de Putre, Pablo López Urbina, el reinventarse o pararse tras una caída forma parte de su existencia y el actual escenario producto de la pandemia no ha sido la excepción.
“Andamos como libres en el pueblo, porque no hay brote de coronavirus. Pero evitamos juntarnos con gente que no está respetando las medidas de seguridad o el distanciamiento social”, contó desde la capital de Parinacota.
HACE 13 AÑOS
Este geógrafo nacido en Valparaíso, “pero de corazón putreño” como se autodefine, lleva 13 años radicado en Putre, donde echó raíces junto a su esposa española Annmarie Pérez Fernández y sus dos hijos: Xuan y Verá.
“Nos hemos alejado de todos junto a mi familia. Sin tener contacto con gente de Arica, incluso hemos bajado 2 veces desde que se decretó la pandemia en Chile, sólo a comprar mercadería por un par de horas y con toda la protección (mascarilla y guantes). La mercadería, que nos llega por el bus de ‘La Paloma’, la desinfectamos”, explicó sobre cómo enfrentan la crisis sanitaria.
Pablo ha creado a una serie de emprendimientos: La agencia de turismo “Putreyork”, el restaurante “Muxa K’ala” y el “Café Putre”, con los cuales brinda en tiempos normales hasta una decena de cupos laborales, “pero por la crisis económica sólo damos trabajo a 4 personas de la zona”, dijo con tono de tristeza.
El emprendedor es beneficiario desde el 2018 del Programa Territorial Integrado “En la ruta de la Sierra del Qhapaq Ñan” que impulsa Corfo con la ejecución de Codesser, instancia que califica como “un gran apoyo técnico y asociativo, porque nos ha permitido desarrollar un capital humano basado en conocimientos contextualizados al turismo regional”.
Agregó que este programa “genera instancias de asociatividad, como lo es la cooperativa de turismo Captur, que nos proyecta como grupo humano y de estructura turística de la región. Es una sostenibilidad del programa materializada y de gran proyección para este territorio ancestral”.
PUTRE ORGÁNICO
Antes que hiciera estragos el covid-19 en la economía regional, especialmente en el ámbito turístico, Pablo López comenzó a incursionar en otras alternativas de negocio. Así surge “Putre Orgánico”, “una idea que se viene formando, tomando como base el agroturismo con cultivos ancestrales”, explicó.
A 2 kilómetros de Putre, en dirección al Taapaca, está la zona que se conoce como Churichurini, cercano a Markapata, donde están piloteando cultivos típicos de la zona andina, especialmente la papa y sus diferentes semillas, además de otros que permitan conectarse con el turismo comunitario.
“Tenemos la suerte de conocer a usuarios de estos terrenos y que nos permitieron generar un producto limpio en calidad orgánica, para tener una ocupación laboral. Un elemento de subsistencia para una pequeña producción doméstica de experimentación y que en el futuro se transformará en una actividad económica productiva”, explicó el emprendedor.
Una vez que se reactive la economía, Pablo y su equipo habilitarán un nuevo producto turístico que permita al visitante experimentar en Putre y su entorno el cultivo en terrazas, así como lo hicieron los agricultores ancestrales que habitaron el territorio.